Desde el mismo instante
en que recibí la propuesta de Brooks de probar su material para darlo a conocer
me puse a pensar en cómo trasladar mi opinión, mis conclusiones, mis
experiencias. Yo no soy una persona que mira el material que uso al detalle,
así que mi primera idea, y que mantengo, es haceros llegar mis impresiones de
la forma más natural y espontánea posible, sin muchos detalles técnicos que a
veces ni entendemos los que estamos en esto.
En mi caso, como ya
adelanté en la entrada anterior, en lo que a zapatillas se refiere, mi
compañera de fatigas serán las Brooks Glycerin 10. Como bien indica el número,
es la décima versión de un modelo que se ha ido afianzando año tras año entre
la multitud de corredores populares que vamos de un lado para otro, entrenando
y compitiendo, disfrutando de una de las cosas que más nos gusta: correr.
Las Glycerin son unas
zapatillas destinada para corredores de pisada neutra, cuyo peso esté en torno
a 75kg, tanto por arriba como por abajo. Cuando me las calcé por primera vez,
la sensación fue idéntica a cuando estrené sus antecesoras, las Glycerin 9: se
ajustan como un guante. Desde siempre, los modelos de Brooks, a simple vista,
podían parecer unas zapatillas “mazacote”, grandotas, pero una vez que se
enfundan en tus pies esa sensación desparece, ajustan a la perfección y te
aportan una seguridad pasmosa.
Siempre que he
estrenado un modelo de zapas he sido muy cauteloso con los primeros entrenos.
Nada de series, nada de rodajes largos ni sesiones más comprometidas. Rodajes
cortos y medios para aclimatarnos, para ir rompiendo el hielo y para conseguir
que nuestra relación sea lo más estrecha y fructífera posible. Lo hago así
porque no me gustan ciertos experimentos y porque siempre tengo ligeras
molestias en el medio pie cuando realizo los primeros kilómetros con unas
nuevas zapas.
Hasta hoy han sido tres
semanas de entreno con las Glycerin 10, sobre todo durante los calentamientos
antes de las series y los rodajes, tanto contínuos como en progresión. A día de
hoy la conclusión es la misma que la primera sensación: se adaptan como un
guante a tus pies. Una vez en marcha, te sientes cómodo con ellas, con ganas de
correr de lo lindo.
Son unas zapatillas que
te aportan equilibrio, cuya amortiguación es la ideal para el tipo de corredor
que mencionaba anteriormente. Te sientes cómo, a gusto, con ellas sin notar que
mengüe la amortiguación con el paso de los kilómetros.
Brooks Glycerin 10 versus Brooks Glycerin 9
Aunque su peso ronda
los 340grs., los corredores tipo antes mencionados para nada percibirán nada de
sobrepeso en sus pies, ya que el resto de cualidades contribuyen a que puedas
ir corriendo a ritmos populares entre 4 y 5 minutos por kilómetros, incluso más
lento, sin la menor merma de sus cualidades.
El tejido de su parte
superior la hacen bastante transpirable, algo que se agradece a medida que
vamos devorando kilómetros y kilómetros. Además, cuando escribo esto hace un rato que he acabado un rodaje en progresión bajo la lluvia y os puedo confirmar que, excepción hecha de algún acerado con mármol que tenemos en el pueblo, se agarran a la perfección al asfalto y en ningún momento he tenido la sensación de que las zapatillas se empaparan ni llegaran a encharcar, lo que es un punto importante a su favor cuando corremos en circunstancias meteorológicas desfavorables.
Buen día para poner a prueba a las compis Glycerin 10
Aunque para gustos ya
están los colores, un aspecto a destacar es el cuidado que van mostrando en
Brooks hacia la estética de sus productos, que mejora temporada tras temporada,
lo cual les ayudará a seguir creciendo en número de adeptos por la perfecta
conjunción entre sus cualidades técnicas y las estéticas, punto que no debe
quedar en el olvido por parte de ninguna marca, pues las zapatillas suelen
entrar mucho por los ojos, por encima de cuestiones técnicas y opiniones de
gente más o menos experta en material atlético.